BATALLA DE TACNA, O DE CAMPO DE LA ALIANZA
26/05/1880ASALTO Y TOMA DEL MORRO DE ARICA
07/06/1880EDITORIALES SOBRE LA BATALLA DE TACNA.
Con motivo de un nuevo aniversario de la Batalla de Tacna, acaecida el 26 de mayo de 1880, hemos querido compartir con nuestros lectores, tres editoriales aparecidas en esa época en la prensa chilena, peruana y boliviana, y publicadas en los días siguientes al combate.
Para la transcripción de las mismas, se ha respetado la ortografía de la época.
*PRENSA CHILENA*
Editorial del diario “La Patria” de Valparaíso.[1]
29 de mayo de 1880
“LA VICTORIA”
La victoria acaba de coronar de nuevo, con sus mas brillantes laureles, la radiante frente de la patria.
Despues de seis horas de tremendo combate, contra un enemigo que había elegido a su placer las más brillantes posiciones, el pabellón tricolor ha flameado en su puesto acostumbrado: el puesto del triunfo i del honor.
Como era natural, el homenaje de sangre tributado por el pueblo armado de Chile a la patria, ha sido cruento. Los hijos de Chile tienen el estímulo del sacrificio.
Pero si la prueba ha sido dolorosa, la recompensa ha sido espléndida.
El jefe del ejército aliado prisionero i herido, la artillería capturada, el torreón de Tacna ocupado por nuestras tropas, el enemigo fujitivo, disperso o prisionero, hé aquí los trofeos que el ejército acaba de conquistar con su acostumbrada audacia, i que podemos comunicar por ahora a nuestro público.
Pocas horas más i el cañón, que en unión con el astro del día saludaba la mañana de hoy, sonará de nuevo para decirnos que Arica acaba de inclinar su frente i doblar sumisa sus rodillas ante el aspecto de nuestros irresistibles soldados.
Hénos, pues, en la segunda etapa de nuestra campaña.
La victoria ha sido arrebatada por nuestro esfuerzo.
Nuestro júbilo es tan inmenso como justo.
Prepararemos el camino de flores que deben hollar los pies de los titanes de la América.
Pero no olvidemos en la embriaguez lejítima de nuestro triunfo, que el Te Deum final no puede ser cantado sino en la Catedral de Lima.
Hé ahí el floron que falta aun a la brillante diadema que ornará las sienes de la República chilena i ¡Vive Dios! los soldados chilenos no descansarán tranquilos ni envainarán su victorioso acero mientras no lo hayan aun arrancado i conquistado.
Nuestro himno de victoria, nuestros cantos de triunfo, no pueden dejar de espresar ese doble sentimiento, esa doble aclamación.
Tacna es nuestra, Arica es nuestra; Lima debe pronto ser nuestra.
Ese es el deseo, esa fué la inspiración, el canto de partida lanzado al partir por nuestras heróicas lejiones, i lo esperamos en breves dias; nuestros guerreros, fatigando la victoria, nos avisarán que el palacio de los vireyes, se ha ennoblecido, recibiendo por tercera vez, bajo su techo, la visita del soldado de Chile.
Un viva a la Patria i una lágrima por nuestros bravos; un grito unánime: Viva Chile; un deseo enérjico:
¡Pronto a Lima!
*PRENSA PERUANA*
Editorial del diario “El Peruano” de Lima.[2]
2 de junio de 1880
“LA BATALLA DE TACNA”
Hoi se han recibido nuevas noticias del Sur que, aunque de orijen chileno en su mayor parte, comprueban lo que dijimos ayer: de no ser aun definitivo el resultado de los combates alrededor de Tacna.
Tan léjos de esto, nuestro ejército se conserva en pié, próximo a reunirse con el del coronel Leiva i a acometer nuevamente a las diezmadas tropas chilenas, de las cuales hai 1.000 soldados prisioneros en poder de los nuestros.
Arica se apresta a defenderse bajo las órdenes del coronel Bolognesi.
La ocupación de Tacna, en las condiciones en que ha quedado el ejército enemigo, que no puede recibir refuerzos como los nuestros, no es una ventaja que pueda asegurarles una victoria definitiva.
El patriotismo tiene, pues, derecho a mantener las mas fundadas esperanzas.
Miéntras tanto, el país debe estar orgulloso del valiente comportamiento de sus defensores. Nuestros enemigos mismos confiesan mayor número de muertos.
Esto prueba la bizarría de nuestras tropas, no obstante la superioridad del número i del armamento de los enemigos.
¡Confianza! aun tenemos que esperar que el valor i la constancia de nuestros soldados mude la suerte de nuestras armas.
José Casimiro Ulloa.
*PRENSA BOLIVIANA*
Editorial del diario “El Comercio” de La Paz.[3]
8 de junio mayo de 1880
“¡GLORIA A LOS VENCIDOS! – ¡GUERRA A CHILE!”
Está terminado el programa que Boliva ha de cumplir en el futuro.
¡Guerra a Chile! dicen el Gobierno, el lejislativo i el pueblo. Esas tres palabras constituyen todo un programa, que la República sabrá realizar con todas sus enerjías, mas o ménos tarde, mas o ménos temprano.
Cuatro nombres han figurado con importancia política en las esferas del poder: Campero, Arce, Cabrera, Salinas.
Los hombres que no significan ideas no se enumeran, sino cuando llegan a tener significación.
Campero es la guerra palpitante: el desierto, la pelea, la derrota, siempre guerra.
Arce es la industria, la paz, las minas, caminos, bancos, finanzas.
Cabrera es la guerra i la Confederacion perú–boliviana.
Salinas es la federación interior.
El poder ha fluctuado entre ellos, como ha debido fluctuar el programa.
Empero, ha llegado la hora de la realidad, i el velo se ha descorrido, i se ha mostrado, en medio del humo del “Alto de la Alianza” un ancho porvenir, también de guerra.
Así lo han revelado los dos mensajes del general Campero i del doctor Cabrera, al instalarse la Convención Nacional, al ponerse en conocimiento de ella aquel terrible contraste, al decirse los discursos de recepción e investidura de las insignias del primer magistrado.
El mismo doctor Arce, a quien se atribuye la representación de la paz, ha dicho palabras de guerra, de brio, de aliento para el país.
Los señores Salinas i Baptista en acto solemne, el primero al poner la medalla del libertador en el pecho del doctor Arce, i el segundo al recibir juramento de aquél para vice–presidente 2°, han dejado oír sus nobles propósitos en el mismo sentido.
La Convención Nacional ha adoptado la constitución de 1878; con las modificaciones necesarias por las exijencias de la guerra.
No puede ser más esplícita la declaración.
En vano se ha dicho: no, la representación nacional no puede aun pronunciar una palabra sobre la paz o la guerra, o de otro modo, habría que abrogar la lei de 31 de Mayo último.
Agréganse las manifestaciones de la prensa, que son el eco de la actualidad.
Todo grita: ¡guerra a Chile!
Mañana entrará en triunfo el general Campero para hacerse cargo de la presidencia, i ya creemos oir su voz de guerra, de firmeza incontrastable, haciendo eco al coro nacional de toda la República, i repetir: ¡Guerra a Chile!
Mañana se inaugurará la segunda guerra púnica, con el resto de los vencidos.
¡Gloria sea a ellos!
NOTAS AL PIE:
*En la imagen, el Ataque de la IV División del coronel Orozimbo Barbosa. Dibujo de autor anónimo.*
1. Ahumada Moreno, Pascual. “Guerra del Pacífico. Recopilación Completa de Todos Los Documentos Oficiales, Correspondencias I Demas Publicaciones Referentes a La Guerra Que Ha Dado a Luz La Prensa De Chile, Perú I Bolivia. Conteniendo Documentos Inéditos de Importancia. Tomo II.” Editorial Andrés Bello. Reedición, Santiago 1982. p.636
2. Ídem. p.637
3. Ídem. pp. 639 – 640