NATALICIO DE DON BERNARDO O’HIGGINS
20/08/1778COMBATE DE SAN CARLOS
15/05/181327 de abril de 1813.
En el contexto de las campañas de la Independencia chilena, más exactamente dentro de la campaña del año 1813, el general en jefe patriota, brigadier José Miguel Carrera se hallaba en Talca reconcentrando sus fuerzas. A fines del mes de abril de ese año, se encontraban en Talca y en sus alrededores más de cuatro mil efectivos, que en buena parte correspondían a milicianos de caballería, quienes tenían una escasa instrucción militar. Estos hombres se distribuyeron en tres divisiones: la primera estaba al mando del coronel Luis Carrera y se hallaba en las orillas del río Maule (contaba con cerca de doscientos infantes del batallón de granaderos, más los milicianos provenientes de la zona ubicada más allá del río Maule); la segunda era comandada por el brigadier Juan José Carrera y estaba situada a dos leguas más atrás de la anterior (se componía del resto del batallón de granaderos, vale decir, unos cuatrocientos efectivos, más las milicias de Maipú y Rancagua); y la tercera estaba encabezada por el mismo José Miguel Carrera y se hallaba apostada en la población de Talca (comprendía a los húsares de la Gran Guardia, es decir, unos trescientos soldados y a cuerpos milicianos de Santiago). Cuando se supo que las tropas realistas se encontraban en Linares, las divisiones de Luis y Juan José se apostaron en la orilla norte del Maule, mientras que José Miguel se situaba con la suya a una legua más al norte. Sólo el teniente coronel Bernardo O’Higgins junto a unos destacamentos permanecieron al sur del Maule, observando los movimientos del enemigo.
Por su parte, el ejército realista, que estaba al mando del brigadier Antonio Pareja, había entrado a Linares el 24 de abril, donde aquel recogió noticias acerca de la situación de las tropas patriotas. Por otro lado, este jefe militar venía mal informado acerca de la situación política y social del Reino de Chile, ya que pensaba que la población estaba cansada de los trastornos internos producidos en el último tiempo, y que deseaba la vuelta al antiguo orden. Por este motivo, el día 26 de abril envió a un parlamentario, Estanislao Varela, con una comunicación dirigida a José Miguel Carrera proponiendo una reconciliación, a cambio de que el Reino de Chile volviera a estar bajo la obediencia del Rey de España. Además, para dar una demostración de sus fuerzas, Pareja marchó con su ejército más al norte y acampó en el sitio llamado Yerbas Buenas.
Los hombres de la división de Juan José Carrera recibieron al parlamentario y lo llevaron ante el General en Jefe patriota, a quien entregó el respectivo pliego y dio algunas informaciones sobre las fuerzas realistas. Luego José Miguel Carrera dispuso que el parlamentario regresara a Talca.
En ese momento se supo que se había roto el fuego en las orillas del río Maule. La fuerza militar que había acompañado a dicho parlamentario, al mando del comandante Ildefonso Elorreaga, se había adelantado en la caja del río, provocando inquietud entre las partidas patriotas de la otra banda, cuyos integrantes creyeron que se trataba de un ataque. Hubo tiros de fusil, pereciendo dos milicianos patriotas; entonces los realistas se replegaron hacia el sur.
Este incidente molestó a Carrera, quien dispuso que en esa misma noche saliera un cuerpo de seiscientos hombres en persecución de Elorreaga. Esta fuerza, al mando del coronel Juan de Dios Puga, atravesó el río Maule y continuó marchando hacia el sur con bastante sigilo. Estos hombres pensaban que la fuerza que buscaban no había podido replegarse hacia Linares (donde erróneamente suponían que se encontraba el ejército de Pareja) y que podían destrozarla con facilidad. En la madrugada del día 27 de abril ya estaban frente a Yerbas Buenas, donde creyeron encontrar a la fuerza del comandante Elorreaga. Pero allí se hallaba acampado el ejército de Pareja, quien suponía bastante lejos a las fuerzas patriotas, por lo cual no se habían tomado medidas de precaución. Como a las tres de la mañana los patriota rompieron con el fuego de su fusilería, causando una gran confusión entre los realistas. Los granaderos chilenos avanzaron hacia el centro del campamento haciendo descargas de fusilería. En medio de la oscuridad el desorden era indescriptible y los mismos soldados realistas llegaban a hacerse fuego entre sí.
Pero los patriotas, debido a la oscuridad de la noche, no se percataron que estaban frente a fuerzas seis veces superiores, pero cuando asomaron las primeras luces del alba, se dieron cuenta que debían retirarse. Así lo hicieron, pero llevando consigo unos cañones capturados al enemigo y varios prisioneros. Al norte de campamento se hallaban las fuerzas realistas de caballería, las que no habían tomado parte en el combate; pero cuando se encontraron con los patriotas en su retirada, nuevamente comenzó la pelea. Estos últimos se vieron en una situación muy crítica, por lo cual abandonaron los cañones capturados y la mayor parte de los prisioneros. Su retirada fue muy penosa, quedando algunos de ellos muertos en el campo de combate, mientras que cerca de otros cien fueron hechos prisioneros. La persecución de parte de la caballería realista llegó hasta las orillas del río Maule y los hombres que venían en retirada fueron auxiliados por efectivos de la primera división patriota. A las nueve de la mañana, los expedicionarios estaban al norte del río Maule, pero de los seiscientos que originalmente conformaron la expedición, sólo volvieron cerca de cuatrocientos, algunos de ellos muy heridos.
Este incidente causó conmoción entre los patriotas, debido a la poca confianza que les inspiraban sus jefes militares, quienes no se mostraban capaces de cerrar el camino a los realistas, en caso de que estos últimos trataran de atravesar el río. Para José Miguel Carrera la jornada constituyó un desastre, por lo cual ordenó que todas sus fuerzas se retiraran de las orillas del río Maule y acudieran a acampar cerca de Talca, en el campo denominado Cancha Rayada. Sólo Bernardo O’Higgins y una brigada de quinientos hombres quedaron encargados de cubrir la línea del río Maule, mediante la colocación de piquetes en cada paso de dicho curso de agua.(1)
Por
Eduardo Arriagada A.
Historiador PUC.
Academia de Historia Militar.
*En la Imagen, el corredor de acceso a la casa del Brigadier Antonio Pareja. Foto gentileza del Museo Histórico de Yerbas Buenas. Para más imágenes del Museo, puede acceder a nuestra galería de Flickr y en nuestro FB.
Notas al Pie:
1.- Diego Barros Arana, Historia General de Chile. Tomo IX. Santiago, Rafael Jover (Editor), 1888, páginas 64 – 78.