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05/07/2019LILI MARLEEN… UNA CANCIÓN CANTADA POR LOS EJÉRCITOS DEL MUNDO
POR
JAVIER VARGAS GUARATEGUA
Miembro académico
RESUMEN
La música marcial, o música militar, es un género específico destinado para su uso en entornos castrenses. Sin embargo, canciones como Lili Marleen, cuya historia reproducimos en esta breve investigación, han trascedido incluso a la vida civil, y hasta el día de hoy aparecen nuevas interpretaciones y versiones en los idiomas más variados.
En la actualidad, el patrimonio histórico que representa la música militar es de enorme interés y permite conocer la realidad y la historia de los ejércitos.
He aquí, un pequeño episodio de la historia militar de nuestro tiempo.
INTRODUCCIÓN
La música militar ha sido una manifestación artística que ha acompañado a los ejércitos desde la Antigüedad, que ha evolucionado y se ha desarrollado. Se trata de una actividad que ha llegado hasta nuestros días dejando un amplio testimonio documental que revela su importancia. A lo largo del tiempo, nuestros ejércitos no sólo se han limitado a marchar y cantar acompañados de piezas musicales, sino que éstas han sido producidas e interpretadas por profesionales de las fuerzas armadas, e incluso por cantantes civiles de distintos países.
En este contexto, expondremos la historia de la famosa melodía castrense LILI MARLEEN.
El soldado alemán HANS LEIP (nacido en Hamburgo, Imperio Alemán, en 1893 y fallecido en Suiza en 1983) al ser trasladado en 1915 al Frente Ruso durante la Primera Guerra Mundial, compuso una poesía con una letra que recordaba a su novia LILI, seudónimo de la hija de un comerciante de ultramarinos en su misma ciudad natal –Hamburgo— y que en realidad se llamaba Betty, en la que se narraba cómo ambos se despedían debajo de la luz de una farola junto a la puerta del cuartel de su regimiento.
La segunda parte del título de la poesía la tomó de la novia de un amigo suyo y, según otra versión, Leip tomó el nombre de MARLEEN, una joven enfermera que habría conocido en su puesto de centinela.
Los poemas de Leip fueron publicados en 1937, en pleno auge del Tercer Reich, que pronto llamaron la atención del compositor germano Norbert Schultze (1911-2002) ya que Hans Leip era –a esas alturas— un reconocido autor de obras poéticas cuyas composiciones habían tenido una gran acogida por parte de la crítica y del público alemán.
Esta obra se titulaba “La canción de un jóven soldado de guardia” –en alemán, “Das Lied eines jungen Soldaten auf der Wacht”—. Schultze le puso la música ese mismo año de 1937, con el nombre de “La Chica bajo la Farola” –en alemán, “Das Mädchen unter der Laterne” y no con la cual pasó a la historia.
En 1938 Willy Schaffen la había hecho cantar a Lale Andersen en el Cabaret de los Cómicos. El público la dejó pasar sin darse cuenta, pues no produjo la menor impresión. “Continental” dijeron sonriendo a modo de comentario los espectadores. La grabación en disco tampoco constituyó un gran éxito, ya que sólo se vendieron 700 discos durante ese año.
Un versión de 1939 interpretada por el cantante alemán Willy Fritsch, tampoco tuvo mayor éxito.[1]
LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
Un par de años más tarde, en 1940, ya iniciada las hostilidades de la conflagración denominada Segunda Guerra Mundial (1939-1945), la pieza musical encontró en Krefeld admiradores especiales. Y aquí estaba de nuevo, presente en la primavera de 1940, antes de la invasión de Francia, en la 2ª Compañía Blindada de Observación de la Sección de Reconocimiento N° 3. En una pequeña pieza de estacionamiento se reunía todas las noches de manera informal el cuerpo de suboficiales, quienes escucharon aquí, por primera vez, el disco de Lili Marleen. Les gustó tanto, que la adoptaron como canción de la compañía.
El grupo fue enviado en la primavera de 1941 al frente del norte de África, formando parte del Deutsches Africa Korps (DAK), el cuerpo de ejército enviado a socorrer y apoyar a los italianos que luchaban contra los ingleses en las arenas del desierto y que era comandado por su célebre comandante, el mariscal de campo Erwin Rommel, el “Zorro del Desierto”.
Uno de los oficiales de la compañía, el teniente Karl Heinz Reintgen, que procedía de la emisora de Berlín, había sido destinado a Belgrado – en idioma serbio Beograd: “La Ciudad Blanca”— actual capital de la República de Serbia (en aquel entonces parte de la ex Yugoslavia), para hacerse cargo como director de emisiones de la radiodifusora militar de esa ciudad y llevó consigo el disco de Lili Marleen, lo que decidió la suerte de esta canción militar.
Desde allí emitió la canción por primera vez el 18 de agosto de 1941, dedicándola a sus compañeros que se encontraban en el desierto norteafricano, porque le recordaba su antigua compañía. Un par de días más tarde había alcanzado ya por doquier un eco gigantesco.
A Rommel le gustó mucho la composición musical y pidió que se incluyera habitualmente en las emisiones de la radio.
Comenzó a tener gran éxito y desde todos los frentes llegaron peticiones para que se emitiera, de modo que la emisora comenzó a radiarla todos los días a las 21 horas 57 minutos, como cierre de su programación. Y no sólo en el frente, sino hasta en la misma patria. En toda Alemania comenzaron a interrumpirse las conversaciones un poco antes de las veintidós horas.
– Poned Radio Belgrado – se decían.
Y era bien sabido que los de allá lejos la oían y saboreaban en sus casas, lo mismo que en el norte de África y otros frentes de combate. Era ciertamente una canción inocentona, pero lograba humedecer los ojos y encendía los anhelos ocultos, los sencillos e ingenuos anhelos de cada ser humano.
“Son las veintiuna horas y cincuenta y siete minutos”, así sonaba, levemente, el aparato receptor de un panzer en el paso de Halfaya en África del Norte. Era la emisión desde Radio Belgrado[2] para todos los soldados alemanes en los distintos frentes durante la Segunda Guerra Mundial. Después se oía Lili Marleen. ¿Cuántos soldados escucharían en sus vehículos, junto a los aparatos de radio o en los receptores de sus carros de combate, una canción tan empalagosamente sentimental? Se la oía en todo el mundo, debido a la potencia de la emisora.
La escuchaban, sentados en silencio, tanto en Francia, como en Polonia, Noruega, África del Norte, Creta, Rusia y en los submarinos –los temibles U-Boat— y en los hospitales militares. Desde sus cuarteles, tiendas, barracones y trincheras, se soñaba con la voz de una muchacha. Era una voz simple, ingenua, temblorosa, apropiada para una canción ingenua y sencilla: era la voz de Rosita Serrano –conocida como “Die Chilenische Nachtigall” , o sea, “El Ruiseñor Chileno”[3] — y que luego sería inmortalizada por Marleen Dietrich.
Era la canción de moda de los soldados. Personificaba para los millones de hombres, con su letra y música, la nostalgia de sus casas. Y en el sentimentalismo conmovedor se ponía de manifiesto el contraste con la terrible realidad de la guerra y la muerte.
Esta canción hacía pensar en la familia, en la paz, en las novias y las esposas, en las ciudades y en los pueblos. Podemos imaginar a los “zorros del desierto” cómo les asomarían lágrimas en los ojos. Pero no sólo a los soldados alemanes. El corresponsal de guerra Alan Moorehead escribió en su libro “Trilogía Africana”: “No sólo los alemanes, sino también los soldados ingleses, conectaban sus aparatos de radio y la escuchaban todas las noches. Por todo el desierto silbaban los soldados ingleses tal melodía”.[4] En efecto, esta canción del farol ante la puerta del cuartel recorrió los frentes y tuvo en verdad un enorme efecto, a tal punto que los propios generales ingleses mandaron a sus oficiales que recomendaran a sus soldados cantarla y oír las emisiones de la radio germana.[5] Más tarde, Tommie Connor escribió la letra en inglés.
De esta manera, los soldados alemanes se sorprendieron cuando, al hacer prisioneros enemigos, comprobaban que conocían la canción.
El éxito de la pieza llamó la atención del ministro de Propaganda del Reich, Joseph Goebbels. Tras escucharla, su sentencia fue negativa, ya que consideró que únicamente podía influír de forma adversa en la moral de las tropas y ordenó que fuera suprimida del repertorio de la emisora.
Las protestas de los soldados fueron tales que Radio Belgrado tuvo que mantenerla en antena, pese a la opinión del ministro, y siguió emitiéndose todas las noches.[6]
Ya antes del final de la guerra, el tema se tradujo a otros idiomas y fue interpretado por diversos cantantes, tanto hombres como mujeres, convirtiéndose en la canción de guerra más popular hasta hoy conocida.
En francés fue cantada por Suzy Solidor; en italiano por Milly y Meme Bianchi; en húngaro por Ilona Nagykovácsi; en finés por Georg Malmsten (1942) y en danés por Lou Bandy (1942); en ruso por Natalia Shmidt (1942); en holandés por Lou Bandy & Orkester (1942); en inglés para la BBC por Lale Andersen (1942) y por Anne Shelton (1944). Incluso hay una versión parodia anti Hitler de 1943 hecho por la BBC y cantada por Lucy Mammheim
En 1945, la actriz y cantante Marlene Dietrich también grabó una versión en inglés, que resucitó en la película “Vencedores o vencidos” (1961) y que se convirtió en uno de los temas clásicos de su repertorio durante sus espectáculos como cantante a lo largo de veinte años (1953-1975).[7]
En 1980, el director alemán Rainer Werner Fassbinder dirigió una versión cinematográfica muy novelada de la historia de Lili Marleen, protagonizada por Hanna Schygulla y Giancarlo Giannini.
Posteriormente, muchos grupos de música pop y rock la han grabado, como por ejemplo Olé Olé (1985) en la voz de Marta Sánchez. La película gallega “Crebinsky” (2011) incluye una versión de la canción en castellano.
LETRA ORIGINAL DE HANS LEIP (1915)
Delante del cuartel,
frente a la puerta principal,
hay un farol,
y sigue aún allí…
Queremos volver a vernos
de pie junto a ese farol, como aquella vez, Lili Marlen.
Nuestras dos sombras
se fundirán en una
y se podrá saber
cómo nos amábamos.
Y todo el mundo lo verá
cuando estemos junto al farol
como entonces, Lili Marlen.
El centinela grita,
tocan retreta,
podría costarme tres días,
camarada, allá voy.
Nos dijimos: “Hasta la vista.
¡Con qué placer me iría contigo,
contigo, Lili Marlen!”.
Desde los espacios silenciosos,
desde lo más hondo de la tierra,
se me ofrece, como en sueños,
tu boca enamorada.
Cuando la niebla se disipe
me verás, de pie , junto al farol,
como entonces, Lili Marlen.
Versión en alemán.
Vor der Kaserne
Vor dem großen Tor
Stand eine Laterne
Und steht sie noch davor
So woll'n wir uns wieder seh'n
Bei der Laterne woll'n wir steh'n
Wie einst Lili Marleen.
Unsere beide Schatten
Sah'n wie einer aus
Daß wir so lieb uns hatten
Das sah man gleich daraus
Und alle Leute soll'n seh'n
Wenn wir bei der Laterne steh'n
Wie einst Lili Marleen.
Schon rief der Posten,
Sie blasen Zapfenstreich
Das kann drei Tage kosten
Kam'rad, ich komm sogleich
Da sagten wir auf Wiedersehen
Wie gerne wollt ich mit dir geh'n
Mit dir Lili Marleen.
Deine Schritte kennt sie,
Deinen schönen Gang
Alle Abend brennt sie,
Doch mich vergaß sie lang
Und sollte mir ein Leid gescheh'n
Wer wird bei der Laterne stehen
Mit dir Lili Marleen?
Aus dem stillen Raume,
Aus der Erde Grund
Hebt mich wie im Traume
Dein verliebter Mund
Wenn sich die späten Nebel drehn
Werd' ich bei der Laterne steh'n
Wie einst Lili Marleen.
CONCLUSIONES
Después de 104 años, aún resuena en los patios severos de las escuelas matrices de los distintos ejércitos del mundo entero la sencilla melodía de un joven soldado dividido entre dos amores.
En cuanto al éxito de la canción, Lale Andersen, refiriéndose al por qué de que fuera tan apreciada por los soldados de ambos bandos durante la guerra, dijo poéticamente ¿Acaso puede el viento explicar cómo se convirtió en tempestad?.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Lili Marleen se convirtió en una especie de símbolo. Y pasó a ser un pequeño episodio en la historia de militar del mundo.
NOTAS AL PIE:
1. LEWIN, Ronald. The Life and Death of the Afrika Korps. London: Barnsley. 1977. p.61-77.
2. Radio Belgrado es una estación de radio que opera desde Belgrado, Serbia, perteneciente al ente público Radio-Televizija Srbije. Es una emisora histórica fundada en 1929, que ha estado sometida desde entonces a los acontecimientos sucedidos en Serbia y la extinta Yugoslavia. N. del A.
3. VÁSQUEZ GARCÍA, Juan. Afrika Korps. Los guerreros de Rommel. Tropas de élite de la II Guerra Mundial. Madrid: Tikal Ediciones. 2012.
4. MOOREHEAD, Alan. African Trilogy: The North African Campaign, 1940-1943. London: Hamish Hamilton & Harper, 1945.
5. CARREL, Paul. Die Wüstenfüchse; Mit Rommel in Afrika.. Munich: F.A. Herbig Verlagsbuchhandlung GmbH. 1956.
6. WALTER, Ian. Iron Hulls, Iron Hearts. London: Crowood. 2003.
7. LEIBOVITZ, Liel and MILLER, Matthew. Lili Marlene: The Soldiers' Song of World War II. New York: Norton, 2008.
6 Comments
Esta cancion era mi “cancion de cuna” mi padre me la cantaba para hacerme dormir. Yo la escucho y aun a mis 60 años me emociona mucho. Te amo, infinitamente padre mio!
Pedazo de artículo, como el comentario anterior esta bien poder leerlo de otra manera, a veces no va bien el scroll hacia abajo
Hola!!! Todos los artículos deberían tener la opción para descarga en formato pdf, saludos!!!
Estimado Gonzalo:
Nos alegra mucho que esta pequeña columna de opinión le haya traído buenos recuerdos. Esperamos que nuestras próximas actualizaciones sigan siendo de su agrado.
Atte.
Academia de Historia Militar.
Excelente artículo, muy bien documentado y lo mejor es que me ha traído los recuerdo de los severos patios de la Escuela y el compañerismo y hermandad de mis camaradas de armas en aquellos lejanos días de juventud y amor a la Patria que nunca cambia y siempre se acrecienta… muchas gracias por este mágico momento
Sublime !!..Ningún recuerdo es más potente que el estar cantando este tema en el patio de la Escuela o en la cubierta del buque.
Gracias.