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06/10/2020SEPTIEMBRE, MES PARA RECORDAR A LAS SOLDADOS CHILENAS
POR
ANA MARÍA TAPIA VILLAGRA
Miembro de la Academia de Historia Militar
Hoy en día la figura femenina en el Ejército de Chile está presente en prácticamente todas las actividades de la institución, pues es una nueva realidad social que la mujer exija participar y ser considerada por sus méritos en actividades que han estado vinculadas tradicionalmente al sexo masculino. Así, el Ejército ha debido adecuarse a esta nueva realidad, y septiembre es un buen momento para recordar a soldados chilenas que han aportado a la construcción y enriquecimiento de nuestra patria y nuestro ejército.
Si miramos la historia, las mujeres desde el proceso de independencia han estado vinculadas a la causa de la patria, aunque su presencia fue determinada por las costumbres de la época, por lo que su participación fue desde fuera de las filas del Ejército. Sin embargo, es innegable el aporte de mujeres fuertes y decididas como Luisa Recabarren, encarcelada por apoyar a los patriotas; María Cornelia Olivares, quién fue humillada rapando su cabeza y cejas, y siendo exhibida en la plaza de Chillán por defender públicamente las ideas independentistas; o Rafaela Riesco, a quien el gobierno le reconoce una pensión para auxiliarla a ella y a sus hijos en la pobreza, debido “al mérito que ha contraído esta ciudadana en obsequio de la libertad y restauración del Estado de Chile, tanto más apreciable y digna de la consideración de este Supremo Gobierno, cuanto por la naturaleza de su sexo se eleva al grado de una virtud heroica” [1].
La sargento Candelaria Pérez es otro ejemplo de lo que la tenacidad y la voluntad pueden lograr. Nacida sin alcurnia ni protección social, estuvo dispuesta a luchar en un ejército de varones, en medio de la Guerra contra la Confederación Perú-boliviana. Sirvió como espía, luego se enroló como soldado cantinera, y pronto fue ascendida por el propio Manuel Bulnes a sargento, por la sagacidad, valentía y liderazgo que demostró en varias ocasiones. Estuvo dispuesta a marchar con el Ejército Restaurador, participó en los combates y batallas, lideró a los hombres y, cuando fue necesario, mostró su fuerza de carácter frente a los suyos, como señala uno de sus biógrafos: “Mis polleras las debías tener tú i yo tus calzones. ¿Querrías que nos hubiésemos dejado carnear por esos cobardes?” [2]
En una época en que lo esperable era ser madre y esposa, quedarse en casa y recibir la protección varonil, ella rompió esquemas y se convirtió en símbolo identitario dentro del discurso creado por el Estado chileno para aglutinar en torno a sí a sus habitantes, que antes de este conflicto se reconocían más en torno a su cultura local, que a la nacional. Su figura contribuyó, pues, no sólo al éxito de la campaña restauradora, sino que también al proceso de consolidación de la identidad nacional.
Con posterioridad a esta guerra, la prensa publicó varias biografías de la sargento, convirtiéndola en un ícono que inspiró a un gran grupo de mujeres que decidió alistarse como cantineras durante la Guerra del Pacífico. En este nuevo contexto, las cantineras Leonor Solar y Rosa Ramírez siguieron el ejemplo de arrojo y valentía que forma parte del ethos del, o la soldado de nuestro Ejército. Ambas, siendo parte del Regimiento 2° de Línea, murieron durante la batalla de Tarapacá, en 1879. La soldado cantinera Juana López perdió a su esposo e hijos durante las campañas, pero continuó luchando hasta el final, siendo una de las soldados que ocupó Lima luego de las batallas de Chorrillos y Miraflores.
Luego de cien años durante los cuales la presencia femenina en la Institución fue escasa, en 1979 se enrolaron las primeras ciento veinte soldados femeninas para realizar su servicio militar de manera voluntaria y, desde ese momento, su incorporación, con altos y bajos, no se ha detenido. En 1995 se incorporó la formación mixta en las Escuelas Matrices, y en el año 2004 se creó el Comité de Integración de la Mujer a las Fuerzas Armadas, de Orden y Seguridad Pública. Las políticas diseñadas a partir de este hito permitieron que el Ministerio de Defensa Nacional pasara a la vanguardia en la integración femenina, siendo reconocido incluso por el Banco Interamericano de Desarrollo el año 2005, por su impacto en las políticas de igualdad de género en América Latina y el Caribe.
La suboficial Pastora Vega, de la promoción de 1977, es una de las primeras miembros del cuadro permanente en lograr la especialidad de paracaidista, y otro ejemplo de sacrificio y tenacidad. Pese a las dificultades que enfrentó en una institución donde lo femenino se asociaba al trabajo de oficina, o a la educación de párvulos, logró sobresalir en su especialidad y educó a posteriores generaciones de soldados femeninas hasta el año 2004. Así, la suboficial Vega, junto a otras oficiales y suboficiales, se convirtió en la punta de lanza para generar mayores oportunidades de desarrollo profesional en la Institución y un ejemplo para las jóvenes que desean integrarse al Ejército.
Todas estas mujeres contribuyeron con sus méritos y profesionalismo a que los espacios de participación sean más igualitarios. Hoy, somos testigos de cómo oficiales y suboficiales femeninas desarrollan su carrera de manera ascendente: de las primeras generaciones de oficiales que están estudiando en la Academia de Guerra para ser oficiales de Estado Mayor; de soldados femeninas que realizan su servicio militar con éxito, superando ampliamente las expectativas de desempeño y rendimiento; y de mujeres suboficiales y oficiales que hoy pueden ser infantes, jefes de salto, participar de operaciones de paz, o postular a muchas otras especialidades y subespecialidades.
El desarrollo profesional y la entrega al servicio de Chile están profundamente vinculados a las legítimas aspiraciones del personal femenino del Ejército de Chile. Es una obligación moral e institucional valorar esta riqueza y seguir otorgando los espacios necesarios para que cada soldado pueda desarrollar sus capacidades al máximo. Así, el Ejército de Chile se potenciará no solo para el combate, sino que también para cumplir las nuevas misiones que la sociedad le demanda en la actualidad. Y ese espacio de participación y aporte debe garantizarse no “aunque” sean mujeres, sino porque son buenas soldados. Ese es el gran desafío cultural que tenemos por delante.
NOTAS AL PIE
1. Gobierno de Chile, Decreto del 8 de agosto de 1817, publicado en la Gazeta de Santiago de Chile N°10, del 23 de agosto de 1817.
2. Silva, Ignacio. La Sargento Candelaria Pérez. Recuerdos de la campaña de 1838 contra la Confederación Perú-Boliviana. Imprenta Cervantes, Santiago de Chile, 1904. Página 34.
8 Comments
Excelente aporte,Anita María Tapia, una vez más enalteciendo el aporte de las cantineras y de la mujer chilena en el mes de patria y de la Historia Militar de Chile.Una afortunada de haber trabajado contigo en la ESCSOF y en ESCMIL, aprendiendo de tu calidad profesional y humana que te distingue.Gracias por enaltecer el aporte de la mujer chilena en este mes de la patria. Eres una mujer admirable y esperando siempre atenta a tus aportes Históricos Militar de la mujer chilena.Muchos Cariños.
Un excelente artículo, de verdad qué hay reconocer el rol de la mujer en nuestro ejército y sobre todo de estas héroes que lucharon por la verdadera libertad de nuestra patria. La historia habla del pago de Chile cuando abandonamos a nuestros veteranos, en San Bernardo hay mucha historia en torno a las cantineras que fueron a la guerra y posteriormente fueron olvidadas por la ciudadanía y su propio ejército, sin caer en el feminismo hay que nombrar un día para recordarlas y que sería ideal que estuviera en los contenidos de historia en los colegios. Felicito a la profesora que escribió este artículo.
Acabo de terminar una novela donde relato la vida de Dolores Rodriguez, Cantinera del Regimiento Zapadores, desde sus comienzos hasta su acciòn en la batalla de Tarapacà en forma novelesca y emotiva. Espero poder publicarla algùn dìa.
Notable artículo ¡Felicitaciones!. Visibilizar al rol de la mujer en la conquista del desierto (Cantineras, Camaradas y mujeres de los soldados) es el propósito de nuestro proyecto de ley para reconocerlas y, sobretodo, resarcir este omisión que lleva 141 años (“Día de la Cantinera de la Guerra del Pacífico, 27 de noviembre. Hoy, en el Senado a la espera de su aprobación final). Aportes como estos fortalecen esta iniciativa, nacida desde la sociedad civil y de región. Solo la voluntad de nuestros parlamentarios es necesaria para darle curso. No es un tema político, sino una deuda de estado.
Ana María Tapia Villagra. Gran aporte al Ejército de Chile. Asesora y profesora de Historia en La Escuela Militar, entregando conocimientos y formación valorica a los futuros oficiales hasta el año 2019. Hoy asesora pedagógica de la Academia de Guerra. Las mujeres hemos participado con gran responsabilidad en diferentes actividades en el Ejército de Chile.
En realidad en estos tiempos la mujer a ganado un lugar muy importante en las actividades diarias de la vida profesional sin dejar de lado las labores de dueña de casa, madre y compañera, por eso un reconocimiento para todas ellas
Es un gran aporte al reconocimientos de nuestras mujeres que con mucho valor y rompiendo paradigmas se consolidaron en nuestro ejercito demostrando tener la valentia desde los inicios de nuestra indepencia en combates batallas y guerras, dejando su valor en lo mas alto de nuestra historia.
Muchas gracias a todas aquellas que vistieron nuestro uniforme en todos los grados y categorias desde los inicios de nuestra patria hasta los tiempos actuales.
Muchas gracias a la asesora y profesora ANA MARIA TAPIA VILLAGRA, por enriqueser nuestra literarura y conocimiento
Interesante artículo, muy motivador. Un detalle que no desmerece: ¿Porqué no se menciona el inicio de la Escuela Militar Femenina y se parte con el contingente de 1979?